Libro de Miguel Leon (Padre de Juan y felipe Moriche)
Juan Moriche nos envia una invitación a la presentación de un maravilloso libro de cuentos, escrito por Miguel, su padre
Prólogo
Miguel León Sánchez, el autor de este libro, ha ganado en diez ocasiones el concurso de relatos breves que desde el año 2000 organiza la dirección administrativa de la ONCE en Algeciras entre sus afiliados de todo el Campo de Gibraltar, Ceuta y Alcalá cuando se acerca la fecha del 13 de diciembre, día de santa Lucía, patrona de los ciegos. El libro lo componen, por tanto, diez relatos ganadores del primer premio, uno que obtuvo el segundo, y uno más que Miguel no llegó a presentar porque cuando ya estaba escrito la organización del concurso exigió un tema obligatorio en los relatos que se presentaran. Miguel escribió otro sobre la marcha y también ganó.
Tanto triunfo genera felicitaciones pero también bromas entre sus familiares y amigos. Pero él repite con modestia cada año que el suyo es el menos malo de los pocos relatos que se presentan al certamen. Esta modestia obedece a que Miguel León empezó a escribir cuando rozaba los setenta años, poco después de jubilarse y cuando ya tenía cuatro nietos en el mundo. Pero es una modestia injustificada porque en todos sus relatos hay algo que atrapa y los hace atractivos y sugerentes. Será por la cercanía de las fechas navideñas, pero el caso es que en casi todos sus cuentos hay un tono infantil, casi naif, que impregna el relato, la situación y los personajes. O quizás es que, precisamente al hacerse abuelo, Miguel sintió la necesidad de escribir cuentos para sus nietos. Es posible, pues la verdad es que uno de ellos, El puchero de la abuela, parte claramente de la afición que Jara, Paloma, Julia y Miguel tienen por el puchero que cada viernes cocina para ellos su abuela, Ana Moriche, esposa de Miguel.
Éste y todos los relatos comparten, en fin, un tono amable y sencillo que suele tener a niños y niñas de protagonistas. Es también característica común lo inesperado de los giros que dan las tramas. Aparentemente predecibles en los planteamientos, al final del cuento la historia se sale por donde nadie se esperaba, y la sorpresa completa un final casi siempre feliz. Son cuentos para contarles a los niños o para leerlos tranquilamente en una tarde de invierno al calor de un brasero. Son agradables y reconfortantes. No hay estridencias, crímenes, ni violencia. Sólo aventuras, amor a la naturaleza, amistad, búsqueda de la belleza y sentido de la justicia y la libertad. En casi todos suena el eco poético de la íntima relación del hombre y la naturaleza, un eco arcano, una llamada del mundo campesino y rural que habita en tanta gente de nuestra Andalucía. El sonido del viento entre las ramas, la luz del amanecer, la sombra de un chaparro, la inmensidad del cielo azul o la carrera de un ciervo eran realidades palpables, inmediatas y cotidianas en la infancia y la juventud de muchos de nuestros padres. Todo eso es ya una herencia desperdiciada en este mundo de plástico, posindustrial, tecnológico, programado y ciber-incomunicado en el que hoy vivimos. En este libro hay un atisbo de aquel mundo, primitivo y perdido. Un mundo con unos valores sencillos y claros que hay que rescatar y que Miguel León Sánchez, mi padre, nos ha inculcado, a mi hermano Felipe y a mí, desde pequeños.
Y aunque pudiera parecer que este texto de introducción está movido más por el cariño del hijo que por la responsabilidad del prologuista, la verdad es que sí, que puede usted, lector, sospechar que este prólogo no es imparcial por el afecto que me une al autor. Piénselo que seguro que acertará, pero también le digo que lea los relatos porque le gustarán y en todos ellos encontrará algo que le hará emocionarse y meditar. Léalos bien y disfrute.
Juan Miguel León Moriche
7 de febrero de 2011
PD. Este prólogo lo hice en 2011 cuando tuve por primera vez la idea de reunir todos los cuentos de mi padre en un libro. Las circunstancias de la época me lo impidieron, pero lo que escribí entonces sigue teniendo hoy validez. La pena es que ahora mi padre lleva dos años enfermo y no va a poder sentir con plenitud el orgullo de ver esta obra hecha realidad. Espero que mi madre, su nieto o alguna de sus nietas sepan levantarle una sonrisa cuando le lean en voz bien alta las aventuras de algunos de los niños protagonistas de sus relatos. En algún lugar de su memoria las palabras de sus nietos revivirán el eco de lo que fue su propia infancia.
Algeciras, 11 de noviembre de 2014
5 comentarios
Juan León Moriche -
Juan
NIEVES -
Y es que tus padres, Juan, son también parte de nuestra vida: la tienda, los cupones, la ternura de tu madre, la inteligencia de tu padre, el sexto sentido que demostraba siempre, como cuando me oía y decía que ya notaba "frio", o cuando fue me profesor de Braille, en la salita de tu casa, de cara a uno exámenes para la ONCE, que no llegué a superar, pero que dejaron para siempre en mi mochila de conocimientos la superación de tantas personas para seguir adelante en la vida.... Nuestra madre, cliente de la tienda, y amiga de Anita... Tu padre, llevando de la mano a Felipe, a nuestra primera escuela de la Bajadilla..... Tantas cosas, Juan, que seguro que ese libro se va a convertir para nosotras en un tesoro maravilloso. Un abrazo
Juan León Moriche -
Juan
Joaquín -
Migue Ramos -
Un abrzo Jhony